miércoles, noviembre 04, 2009

El Comienzo.




hoy es luna llena y salgo a caminar en la oscuridad de la noche serena, donde las parejas se encuentran, cuando las sombras dan paso al amor, pero no hay amor para mi, he vivido por mas de 500 años y las he perdido a todas, son muchos años y son muchos amores.

Todo empezó una noche de otoño en 1528 cuando regresaba de mis acostumbradas visitas al chateu del conde de Borbon, su casa un castillo y 500 hectáreas de bosques; cipreces, conejos y lobos habitaban en sus tierras, llegue a contar a mas de 200 siervos a su disposición, mujeres hermosas se reunián en su palacio para divertirse cazando conejos con jaurías.

Terminada la cacería cenebamos en su morada y manjares delicios servidos en bandeja de plata y vino en copas de oro para satirfacer a los comensales, amigos y no tan amigos acudíamos a sus fiestas, terminando el banquete solíamos animar la noche con juegos de confesiones y castigos, enbravecidos con el vino se empezaba a poner mas candente la velada y las parejas se retiraban a una sala donde dos eunucos custodiaban la puerta allí no habia luces y al entrar no se podía ver mucho, te detenían por un momento para darte de beber ajenjo y mandragora (si es bien conocido que el ajenjo y la mandragora juntos son un potente afrodisiaco) todo revuelto con vino en una copa para darles unos sorbos, depués nos proporcionaban una pipa con hachís para volar la mente. Una vez euforicos docenas de manos nos tocaban por todo el cuerpo como si fueran cientos de hombres y mujeres que te empezaban a desvestir, las manos se posaban por los cuerpos candentes y tocaban el sexo, no importaba que genero, en esas situaciones daba igual alli todos nos convertíamos en andrógenos1.

las chaquetas y las fajas eran lo primero que desparecián al igual que los corsetes; los blumers, calzones, medias y ligueros se esparcían por todo el piso, una vez desvestida la persona, la conducían a otra parte del recinto donde los cuerpos se mezclaban entre si, solo se veían vergas penetrando vaginas, bocas besando anos y hombres penetrandose con otros hombres, no importaba que orificio penetrabas todos resultaban iguales, al llegar a la sala me recibió Marcela una mulata de ojos verdes y pechos bien proporcionados, tenía el trasero mas grande que jamás habia visto en toda mi vida, y unos labios hermosos dispuestos a complacer al falo mas experto.

me llevo con el resto del grupo pero no queria en esos momentos compartir sus virtudes con otros hombres, la tomé de la mano y nos dirigimos a un sillón donde solo habian una pareja haciendo sexo oral, alli hice que se sentara y le dí indicaciones que trabajara un rato con mi pene, ella lo tomó y lo empezó a lamer y a llenar de saliva una vez cubierto completamente se lo llevó a la boca y se lo comió todo, lo manenía un segundo a dentro y lo volvía a hacer, sentía como mi miembro se endurecía con cada lamida, con cada bocado que ella daba, luego besó mi escroto y lo mordió apretando mi pene, sujeto mis bolas con sus dientes y ese dolor me causaba felicidad, tomó el dedo indice a su boca y lo llevó hasta mi ano, lo introdujo un poco y sentí como se ditalaba mi esfinter, quise detenerla pero el placer fue mayor asi que dejé que lo haga, ahora ella me penetraba a mi y yo penetraba su boca.

Le dí indicaciones para que se acostara en el sillón y abriera sus piernas, una delgada capa de carne rosada se asomó por entre sus piernas y me arrodillé a comerla, su concha era caliente sentía el sabor de esa hembra llegar hasta mis labios e introducía mi lengua hasta lo mas profundo de su concha, quería poseerla en ese instante, tomé mi falo bien rigido y lo dirigí hasta su entrada, ella deseaba ser penetrada, para eso fue contratada, separada de sus padres desde pequeña y vendida a un traficante de esclavos africanos, estuvo en Georgia, Burdeos, París, hasta que el Conde la compró por unos cuantos francos.

Ella en realidad quería ser sometida, su cuerpo negro como la noche transpiraba lujuria, sin meditarlo mucho le dí el primer estoque con mi espada enverguesida, mi hasta atravesó su carne y un quejido se dejó espacar de su boca, le seguía metiendo mi verga embravecido, queriendo traspasarla, intentando tocar su corazón pero eso es solo fantasía en realidad solo alcanzaba hacerla jadear, su vagina apretaba mi pene como si quiera devorarlo como un animal detiendo a su presa, acerqué mi boca y mordí un pezón, sus pezones se volvieron mas oscuros y duros, deboré todo su seno, firmes y suaves del tamaño ideal, grandes pero caben perfectamente en la boca. Sentía el peso de su cuerpo arremeter contra mi verga, gosaba cuando ella se dejaba venir y luego se separaba, quería correrme pero era demasiado pronto, apreté mi verga de la base y aminoré el paso, decidí comerla completa asi que separé mas sus piernas y las levanté, tomé un poco de sus jugos que resbalaban y lubriqué su ano con ellos, le dí unos besos, hundí mi boca entre su vagina y tomé la mayor cantidad de jugos, lo llevé a su ano y se los unté con mi lengua, le introduje la lengua lo más profundo y sentí el olor viceral que me volvió a llenar de extasis.

Mi falo recobró el tamaño y se lo empuje hasta el fondo de sus entrañas y ahora creo que le llegaba hasta el intestino, ella no puso resistencia y le causó tanto placer que gritó un poco, pero no me importaba, tan solo queria cogerme a esa negra, negra como la noche eterna, como murmullos entre los muertos, asi era ella, tomé una vela que se encontraba tirada y se la encaje por su rosa, las vaginas abiertas tienen el aspecto de un botón, de una rosa abriendo, tomé su mano y se la dirigí hacía la vela ella se hacía cargo de penetrar su vientre y yo de cogerme su alma.

estuvimos un tiempo asi, penetrandola con toda la fuerza, como un animal que quiere preñar a su hembra, pero ella no saldría preñada esa noche, al meno no de mí, asi que pensé porque tirar mi semen en su ano, eso sería un desperdició, acelere mis envestidas y al momento de estar a punto de correrme me retiré de ella y acerqué su boca para que lo bebiera, ella lo aceptó con gusto, como si eso estubiese esperando toda la noche, su boca fue el refractario de mi liquido vital, mi fuerza, mi energía, todo mi semen fue descargado en su boca, ella tomó hasta la ultima gota limpiandome con su lengua.

Me tumbé en el sofa para recuperar fuerzas, ella se alejó de mi y se fue a reunirse a la orgía de carne.

Pasé al vestidor y tomé mis ropas, me alisté y salí del salón, no encontré a mi anfitrión asi que fui a la puerta pedí mi carrosa para que me llevaran a casa, en el carroaje estaba durmiendo cuando nos detuvieron en el camino, era un cochero que con su lampara hacía señas, se les había salido una rueda, se me acercó y me dijo que su amo no podía llegar a su casa y si fuera tan amable de llevarlo en mi carrosa, acepté, un hombre joven de aspecto jovial se subió -me llamo Lestat me dijo, yo le contesté -un placer mi nombre es Louis, comentó que estaba de visita en Versalles y que se dirigía hacía su hotel, que era un amigo del conde de Borbon, yo le ofrecí mi casa y el aceptó.

Continuará.

Si saben el libro de los personajes a los cuales hago mención recibirán la continuación de la historia lo más pronto posible.

no se les olvide escribir sus comentarios..

saludos.


1. Androginos Persona que posee los dos aparatos reproductivos. Masculino y femenino.

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